Para conseguir los objetivos energéticos establecidos para la reducción del consumo de los edificios públicos, además de contar con instalaciones y protocolos energéticamente eficientes, también es necesario que las personas usuarias de los mismos tengamos un comportamiento responsable de uso energético.
La transición hacia un modelo energético sostenible y neutro en carbono empieza por concienciarnos sobre los impactos negativos asociados al consumo de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) y al uso inadecuado de los recursos.
En este ámbito, dentro del Plan para el ahorro energético de la Administración de la Junta de Andalucía 2022-2026, una de las medidas contempladas era la elaboración de un Manual de buenas prácticas para el ahorro energético, para que las personas que trabajan en la Junta de Andalucía puedan adquirir el conocimiento necesario sobre medidas cotidianas de ahorro y eficiencia energética en nuestros puestos de trabajo e incrementar nuestro compromiso con el ahorro energético y un mayor aprovechamiento de las fuentes renovables en la administración andaluza.
Este manual se dirige, de forma general, a todo el personal empleado público de la Junta de Andalucía e incluye pautas de comportamiento y empleo de las instalaciones a nivel de usuario; y, de forma más particularizada, a aquellos/as que tienen responsabilidad en el mantenimiento y en la reforma de las instalaciones de los edificios de la administración andaluza, para los que se han recogido una serie de recomendaciones a tener en cuenta la hora de mantener, actualizar o reformar dichas instalaciones.