El gasto de combustible de un vehículo debe ser uno de los factores determinantes a la hora de comprar un vehículo, tanto por motivos medioambientales como económicos.
En España, el R.D. 837/2002 de 2 de Agosto, establece la necesidad de informar a los consumidores sobre el consumo de combustibles y emisiones de CO2 de los turismos nuevos que se pongan a la venta en el territorio nacional. Establece una etiqueta obligatoria y otra adicional, voluntaria, que facilita al comprador seleccionar entre los vehículos más eficientes y menos contaminantes.
La etiqueta obligatoria incluye los datos básicos de consumo de carburante del vehículo y sus emisiones y estará colocada de forma visible junto a cada vehículo en el punto de venta.
La etiqueta de carácter voluntario es similar a la de los electrodomésticos y contiene, además de los datos obligatorios, la información de la eficiencia energética del vehículo en relación con los vehículos de su misma categoría.
De este modo, los coches que consumen menos combustible que la media están clasificados como A, B y C (colores verdes). Los que consumen igual que la media de su categoría pertenecen a la clase D (color amarillo) y los que consumen más se clasifican como E, F y G (colores rojos).
Para facilitar a los compradores la elección del coche más eficiente energéticamente, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) publica en su página web una base de datos de coches nuevos puestos a la venta en España, en la que se puede obtener información detallada y comparativa sobre el consumo de carburante y las características de los coches.
Además, de el punto de vista medioambiental, existen cuatro distintivos ambientales en función del impacto medioambiental de los vehículos. Esta categorización tiene su origen en el Plan nacional de calidad del aire y protección de la atmósfera 2013-2016 (Plan Aire) en el que se afirma que tanto las partículas como el dióxido de nitrógeno tienen en el tráfico rodado la principal fuente de emisión en las grandes ciudades y propone la clasificación de los vehículos en función de los niveles de contaminación que emiten.