El Consejo aprueba la Estrategia Energética Andalucía 2020, que plantea elevar al 25% la aportación de las renovables

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El documento prevé reducir un 30% las emisiones de CO2 asociadas
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El Consejo de Gobierno ha aprobado hoy la Estrategia Energética de Andalucía 2020, que establece las bases de la política de la Junta en ahorro y eficiencia, fomento de las renovables y desarrollo de infraestructuras. El documento plantea, entre otros objetivos, aportar con fuentes renovables el 25% del consumo final bruto (actualmente 19,5%) y reducir en un 30% las emisiones de CO2 asociadas respecto a los niveles previos a la crisis económica.

La estrategia recoge cinco objetivos para que Andalucía ocupe una situación de referencia energética entre las regiones europeas. Además de los dos señalados, reducir en un 25% el consumo tendencial de energía primaria hasta 2020; descarbonizar en un 30% el consumo; autoconsumir el 5% de la energía eléctrica generada con fuentes renovables (actualmente 0,4%) y mejorar en un 15% la calidad del suministro.

La nueva planificación pone de manifiesto que la comunidad andaluza dispone de los recursos necesarios y del tejido empresarial preparado y especializado para alcanzar, e incluso superar, los fines de la Estrategia Europa 2020 en materia energéticavinculantes para los estados miembros pero no para las regiones que los conforman. Los dos primeros objetivos superan los marcados por la Unión Europea en cinco puntos porcentuales y el tercero en diez. El objetivo del autoconsumo mediante renovables responde al compromiso de la Junta por extender el potencial de la generación distribuida, facilitando el papel activo de sus ciudadanos.

El documento aprobado por el Consejo se divide en cinco programas para contribuir a un uso eficiente e inteligente de la energía, dirigidos a priorizar el uso de los recursos autóctonos sostenibles y el autoconsumo; situar a los sectores de las renovables y del ahorro y la eficiencia energética como motores de la economía andaluza; garantizar la calidad del suministro impulsando la transición de las infraestructuras hacia un modelo inteligente, descentralizado e integrado en el paisaje; actuar desde la demanda para hacer al ciudadano protagonista del sistema energético, y optimizar el consumo en la Administración de la Junta, mejorando la eficiencia de sus instalaciones e incorporando criterios de ahorro.

La financiación de la estrategia, que tiene carácter transversal y cuyas actuaciones se concretarán a través de planes de acción, dependerá en gran parte de los fondos estructura-les europeos. No obstante, ya se ha cuantificado la previsión para el programa de Energía Inteligente, que tendrá una dotación mínima de 400 millones de euros a través de la línea de desarrollo energético sostenible y movilidad del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

La planificación para 2020 permitirá consolidar el tejido empresarial e industrial vinculado al sector energético, en su mayor parte pequeñas y medianas empresas, y fortalecerá las políticas de construcción sostenible, rehabilitación de edificios, gestión energética en empresas, autoconsumo y gestión de la demanda por parte de los consu-midores. Andalucía contabiliza actualmente más de 6.500 empresas vinculadas a la energía, de las que casi 1.500 desarrollan su actividad en el ámbito de las renovables. El empleo asociado supera los 110.000 puestos, el 41% directos.

La estrategia consolidará y ampliará el trabajo desarrollado desde 2008 a través del Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética (Pasener). Este plan alcanzó la práctica totalidad de sus objetivos, especialmente en lo referido a eficiencia y a energías renovables.

En el primero de estos aspectos, Andalucía ha reducido su intensidad energética primaria. Es decir, para generar la misma riqueza la región emplea un 5,1% menos de energía, lo que indica un gran avance en eficiencia y en mejora de las competitividad de las empresas.

Liderazgo en renovables

Respecto a las renovables, el 38,8% de toda la potencia eléctrica proviene actual-mente de fuentes limpias como el sol, el viento y la biomasa, que también suponen el 40,4% de la electricidad que consumen los andaluces (6,6% en 2006). En relación con el consumo de energía primaria, su aportación representa el 20,1% (5,5% puntos por encima de la media española). Con ello se ha contribuido a reducir en un 43% las emisiones de dióxido de carbono por cada unidad de generación eléctrica producida en los catorce primeros años de esta década.

Por tipos de tecnologías, Andalucía ha superado los objetivos planteados por el Pasener para 2013 en termosolar (997,5 MW frente a los 800 previstos); solar fotovoltaica (882 MW frente a 400 MW); biogás térmico (que duplica las tres ktep fijadas inicialmente); biomasa (257,48 MW frente a 256 MW) y biogás para generación eléctrica (27,69 MW para una meta de 20,10 MW). De la misma forma, se ha conseguido el 99% del objetivo planteado para la energía hidroeléctrica (617,39 MW) y el 78% para la biomasa térmica (con 506,67 MW).

Estos datos sitúan a la comunidad autónoma a la cabeza de España en las energías solar térmica de baja temperatura, termosolar y biomasa, así como en capacidad de producción de biocarburantes. Andalucía también destaca en fotovoltaica (segundo puesto) y eólica (cuarto).

Documento Estrategia Energética de Andalucía 2020