Los vehículos eléctricos son ya una realidad en nuestro país, con una presencia moderada en número de vehículos pero con tasas de crecimiento muy importantes.
La inclusión del vehículo eléctrico, como alternativa sostenible para el transporte, está comenzando a suponer un cambio sustancial en los modelos de movilidad de nuestra sociedad. Además, el vehículo eléctrico supone una gran oportunidad para mejorar la eficiencia global del sistema eléctrico, reducir las emisiones de CO₂ y disminuir nuestra dependencia energética del exterior.
Estos vehículos están propulsados por un motor eléctrico y ofrecen numerosas ventajas, entre las que se encuentran:
- No emiten gases de combustión, por lo que son respetuosos con el medio ambiente y tienen un efecto positivo sobre la salud de los habitantes.
- Permiten un mejor aprovechamiento de las energías renovables y una mejor gestión de la demanda eléctrica a nivel nacional.
- Pueden recuperar parte de la energía de frenada alimentado las baterías.
- Mayor capacidad de aceleración a bajas revoluciones por minuto.
- Motores más eficientes y más silenciosos.
Tipos de Vehículos Eléctricos
Existen distintos tipos de VE dependiendo de si la propulsión es completamente eléctrica o si cuenta con un motor de combustión:
- Coche Eléctrico de Baterías (Batery Electric Vehicle o BEV): Coche de cero emisiones basado en un sistema 100% eléctrico para su funcionamiento: propulsado únicamente por uno o varios motores eléctricos alimentado por baterías que se recargan mediante su conexión a la red eléctrica. Hoy en día este tipo de configuración está creciendo, encontrando multitud de modelos en el mercado con mayor autonomía y alcance. Entre sus inconvenientes, encontramos que todavía hay pocos puntos de recarga públicos y que el tiempo de recarga pude resultar excesivo en determinadas circunstancias. Asimismo, el precio todavía sigue siendo elevado debido principalmente al coste de las baterías.
- Coche Eléctrico de Autonomía Extendida (Extended Range Electric Vehicle o EREV): Vehículo con las mismas características que los anteriores (BEV) que se recargan con la red eléctrica, que además incorpora un pequeño motor de combustión que acciona un generador para recargar las baterías pero que nunca propulsa directamente el vehículo, por lo que la propulsión es 100% eléctrica. Este pequeño motor hace que aumente la autonomía del vehículo.
- Coche Híbrido Eléctrico (Hybrid Electric Vehicle o HEV): También conocidos como “híbridos convencionales” o “híbridos no enchufables”. Son los primeros en llegar y, a día de hoy, los más extendidos entre los motores alternativos. En ellos el motor de combustión sigue siendo el protagonista, pero cuenta con uno o varios pequeños motores eléctricos que ayuda ejerciendo apoyo en momentos puntuales, como por ejemplo en la arrancada o en la aceleración. Por este motivo donde más se notan sus beneficios, en forma de ahorro de carburante, es en la circulación urbana. Están dotados de una pequeña batería que se autorecargan gracias al motor térmico y al sistema de recuperación de energía durante la frenada. En su contra juega el hecho de que, en el fondo, sigue predominando el combustible fósil.
- Coche Híbrido Eléctrico Enchufable (Plug-in Hybrid Electric Vehicle – PHEV): El motor de combustión sigue siendo el protagonista, pero el bloque eléctrico tiene mayor potencia y capacidad al poder recargarse en la red eléctrica, por lo que además de asistir en ciertas circunstancias, es capaz de mover al vehículo por sí solo y las baterías de mayor tamaño les permite tener una mayor autonomía eléctrica. Su principal problema es que su precio es bastante más elevado en comparación a modelos equivalentes.
- Coche Semihíbrido Eléctrico (Mild Hybrid Electric Vehicle – MHEV): También denominados como sistemas de 48 voltios, microhíbridos, híbridos parciales o incluso como hibridación leve se han comenzado a popularizar entre los fabricantes de forma reciente. Son coches basados en un motor tradicional de combustión que se combina con un sistema auxiliar eléctrico de 48 voltios, una batería de ion y un alternador. Este último ayuda al propulsor a realizar diferentes tareas que consumen energía, como el arranque y la parada o la conducción a vela con la desconexión del motor.
En la actualidad, en los distintos puntos de recarga que podemos localizar, podemos encontrar tres tipos de recarga usados por los vehículos eléctricos, desde el tipo lento, ideal para recargar en un garaje durante la noche, hasta el rápido, capaz de recargar completamente una batería en unos 30 minutos. Teniendo en cuenta el sistema eléctrico actual, la recarga óptima desde el punto de vista de eficiencia energética, es realizar este tipo de recarga durante el período nocturno, que es cuando menos demanda eléctrica existe.