La Administración andaluza quiere ser todo un ejemplo de responsabilidad y compromiso, liderando actuaciones para propiciar el ahorro, la eficiencia, el uso de renovables y la optimización de los recursos energéticos en sus sedes administrativas y edificios públicos.
Por ello, el 23 de mayo de 2023 se aprobó en Consejo de Gobierno el Plan para el ahorro energético de la Administración de la Junta de Andalucía 2022-2026, cuyo objeto es el de ser el instrumento general de organización y desarrollo de medidas que contribuyan, directa o indirectamente, a la reducción del consumo energético de la Junta de Andalucía y su factura asociada, en línea con lo establecido en la Estrategia Energética de Andalucía a 2030; siendo la Agencia Andaluza de la Energía, designada como Oficina técnica, la encargada de su elaboración, coordinación de su ejecución y seguimiento en el marco de REDEJA.
Los fines de este Plan son los siguientes:
1. Acelerar y ampliar las medidas de gestión energética y descarbonización en entidades y servicios públicos de la Administración de la Junta de Andalucía, reforzando la Línea Estratégica que en este sentido se recoge en la Estrategia Energética de Andalucía 2030.
2. Promover la reducción de la dependencia del gas natural y en su consumo a través de medidas de corto o medio plazo, o de mayor plazo que en sus primeras fases también contribuyan a tales fines.
3. Optimizar la factura energética de la Administración facilitando a los centros consumidores la disminución del gasto económico y energético.
4. Optimizar y acelerar las actuaciones sobre el parque edificatorio de la Administración Junta de Andalucía que permitan un ahorro efectivo en el corto plazo.
5. Mejorar la sostenibilidad de la movilidad en todos los ámbitos relacionados con la Administración andaluza, tanto en la planificación de la movilidad interna como en la de sus empleados y empleadas a la hora de la asistencia a sus puestos de trabajo, incluso en aquellas herramientas que desde la propia Administración se puedan abrir para la ciudadanía en general.
6. Afianzar una cultura de ahorro energético en la Administración andaluza, tanto como entidad como a través de sus empleadas y empleados públicos.
7. Conseguir que las actuaciones de la Administración sean ejemplarizantes y replicables por el conjunto de la sociedad.
Para reducir el consumo energético de la Administración regional también es necesario que las personas usuarias de los edificios tengan un comportamiento responsable de uso energético, para lo cual resulta fundamental una adecuada formación y sensibilización. Por eso, una de las medidas contempladas en el Plan es la elaboración de un Manual de buenas prácticas dirigido al personal empleado público de la Junta de Andalucía con pautas generales de comportamiento y empleo de las instalaciones a nivel de usuario que incluyen consejos de ahorro de energía en la calefacción y el aire acondicionado, la ventilación, la iluminación, los equipos de ofimática, los ascensores o la obtención de agua caliente sanitaria. Por su repercusión energética, también incluye recomendaciones para el uso de materiales de oficina (papel, cartuchos de tóner y tinta, entre otros), así como sobre la manera en la que nos desplazamos a nuestros centros de trabajo. Adicionalmente y de forma más particularizada para aquellos empleados/as que tienen responsabilidad en el mantenimiento y en la reforma de las instalaciones de los edificios de la Administración andaluza, el manual contempla una serie de indicaciones para mantener, actualizar o reformar dichas instalaciones.